Los helados pueden ser postres para todo el año. Aunque muchas heladerías abren sólo en verano, en los supermercados podemos seguir encontrando helado durante todo el año e incluso en restaurantes y bares se pueden pedir de postre.
Y es que aunque la gran mayoría de nosotros tenemos asociados los helados a una sobrecarga de calorías y que tomarla en invierno no iría bien para nuestra garganta, un reciente estudio muestra todo lo contrario.
Un estudio estadounidense publicado en el American Journal of Clinical Nutrition, ha demostrado que consumir helado diariamente no implica forzosamente ganar peso, que fortalece la masa ósea y ayuda a controlar la tensión arterial.
Vemos que hay muchas publicaciones que hablan de los beneficios de los helados. Vamos a destacar unos cuantos a ver si así, formalizamos comer helado durante todo el año.
Fuente importante de vitamina B, minerales, azúcares y proteínas con alto valor biológico. Si somos capaces de comer porciones racionales de helado, vemos que este nos aportará nutrientes beneficiosos para nuestro organismo. Y es que cada vez más tienden a ser enriquecidos o hechos con fruta para aumentar sus propiedades nutricionales, convirtiéndolos en aun más saludables.
Fuente de calcio. Obviamente, llevan calcio los helados de leche y yogur, los de hielo no. El calcio también es muy importante para mantener fuertes nuestros huesos, y dicen que una porción de helado llegaría a cubrir un 15% de la cantidad mínima recomendada diaria.
Los helados artesanales tienen un bajo contenido de grasa con lo que no nos engordan tanto como creemos.
Los helados ayudan a cicatrizar y a reducir las inflamaciones en las amígdalas.
Los helados de hielo, los sorbetes y los granizados al ser principalmente agua (entre un 80% y un 90%), nos refrescan y nos hidratan.
Los helados nos aportan felicidad puesto que algunos de sus componentes como el chocolate, la caseína o los azúcares, producen las famosas hormonas llamada del placer o endorfinas.
Si tienen tantos beneficios y a todo el mundo nos gustan tanto, ¿por que sólo los consumimos en verano?
Ya sabéis chicos, ¡a innovar!
